Bardana
Síntesis
Nombre común | Bardana |
Otros nombres | Lampazo, Cadillo, Cachorrera, Burdock, Orejas de Gigante. |
Nombre científico | Arctium Lappa |
Familia | Asteraceae |
Origen | Asia y Europa |
Partes utilizadas | Raíces y Hojas |
Activos principales | Ácido cafeico | Ácido clorogénico | Inulina | Poliacetilenos |
Beneficios principales | Desintoxicación del cuerpo | Cuidado de la piel problemática |
Introducción
La bardana es una planta que pertenece a la gran familia de las asteráceas. Sus raíces se utilizan desde la antigüedad por sus propiedades desintoxicantes. Al estimular las secreciones hepatobiliares y renales, luchar contra los ataques oxidativos y reforzar la flora intestinal, la bardana ayuda al organismo a eliminar las impurezas.
La piel es a menudo el reflejo de nuestro estado de salud, al liberar al cuerpo de sus toxinas, esta planta ayudará a recuperar una piel bella y saludable. Así, un tratamiento de bardana aportará un beneficio real para tratar diversos problemas dermatológicos (pieles grasas, pieles apagadas, acné...) y para encontrar una tez radiante.
Origen, hábitat y cultura
La bardana es conocida desde la antigüedad. Su nombre científico, Arctium Lappa, deriva del griego "arktos" que significa "oso", en referencia a su fruto peludo, y "labeîn" que significa "agarrar", en referencia a las cabezas de las flores en forma de gancho que se aferran a los transeúntes y al pelo de los animales para extenderse.
Originaria de regiones templadas, es una planta muy común en Europa (excepto en la región mediterránea) y Asia. Se encuentra en lugares baldíos, en terrenos baldíos y en los bordes de las carreteras. Le gusta el suelo rico en materia orgánica y aireado. La planta crece de forma silvestre, pero ahora se cultiva ampliamente por las propiedades terapéuticas de sus raíces.
En la Edad Media, la bardana se utilizaba ampliamente en Europa como purificador de la sangre y diurético. También se aplicaba como cataplasma para tratar muchos problemas dermatológicos (eczema, psoriasis, acné, dermatitis...). La historia cuenta que Enrique III utilizó las raíces de esta planta para combatir su sífilis.
Los médicos tradicionales chinos e indios trataban las dolencias ORL (resfriados, gripe, etc.) con la raíz de bardana. Los amerindios conocían sus virtudes purificadoras y también la utilizaban para favorecer las contracciones uterinas durante los partos dolorosos.
En Asia, sobre todo en Japón, esta planta se sigue cultivando hoy en día y la raíz se consume como verdura.
Apariencia, composición y formato
La bardana es una planta herbácea bienal. Puede crecer de 1,5 a 2 metros de altura.
El primer año la planta forma una gran roseta. El tallo, ligeramente sedoso y robusto, se eleva en el segundo año. La parte inferior del tallo tiene hojas muy grandes que pueden llegar a medir 50 cm de ancho, mientras que la parte superior tiene hojas pequeñas y pecioladas, peludas por ambos lados y grisáceas en la parte inferior.
El periodo de floración es de julio a septiembre, con flores de color rosa a rojo púrpura. Éstas se agrupan en cabezas florales, rodeadas de brácteas curvadas en forma de gancho, lo que permite a la bardana aferrarse a las pieles de los animales para asegurar su difusión.
El fruto, de color marrón claro con manchas rosas, es un aquenio con pelos en la parte superior. La raíz es la parte utilizada por sus propiedades terapéuticas, es carnosa, con forma de zanahoria, llena de filamentos y de color negro en el exterior y blanco en el interior.
Recolectada a finales del invierno, debe proceder de plantas jóvenes que aún no han producido flores. Las propiedades de las raíces más antiguas disminuyen.
Los principales principios activos de la bardana son :
- La inulina, que es un polímero de la fructosa
- Ácidos fenólicos: ácido cafeico y ácido clorogénico
- Poliacetilenos
- Lignanos: arctigenina, arctiina, traquelenina, diarctigenina, lappaol
- Taninos
La bardana se comercializa en varias formas: extracto herbario líquido, extracto herbario en polvo, cápsula, tintura madre, decocción, infusión, pomada o crema.
Propiedades y efectos investigados
Acciones sobre la piel
Los trastornos de la piel suelen ser un reflejo del estado interno de nuestro cuerpo. En efecto, cuando los órganos denominados de "limpieza" y "drenaje" del cuerpo, como los riñones, el hígado o los intestinos, se ven afectados y funcionan peor, a menudo se observan manifestaciones cutáneas (piel grasa, granos, infecciones cutáneas, eczemas, psoriasis, etc.). Por ello, los tratamientos de bardana se recomiendan desde hace tiempo para tratar los problemas dermatológicos y recuperar un cutis radiante y una piel sana.
A principios del siglo XX, la bardana se prescribía sistemáticamente para enfermedades dermatológicas como el eczema, el impétigo, el acné o la psoriasis.
Numerosos estudios han demostrado la eficacia de las raíces de bardana en el tratamiento de diversos problemas de la piel (acné, dermatitis seborreica, forúnculos, blefaritis, etc.).
Su eficacia en la piel está relacionada con dos de sus propiedades:
- Propiedades drenantes y desintoxicantes
Los ácidos cafeico y clorogénico contenidos en la bardana son conocidos, además de por sus propiedades antioxidantes, por sus efectos diuréticos y coleréticos. En efecto, al estimular las secreciones hepatobiliares y renales, esta planta permite la eliminación de los residuos orgánicos del organismo a través de los distintos emuntorios.
La importante presencia de inulina en la composición de la raíz de bardana es interesante para mejorar la salud intestinal y proteger el colon. Al fermentar, este polímero de fructosa protege y refuerza la flora intestinal permitiendo al organismo resistir las agresiones externas y mejorar la absorción de los minerales.
Un estudio de 2014 concluyó que los extractos de raíz y hoja de bardana mejoran la función hepática, reducen la acumulación de lípidos y ayudan al hígado a luchar mejor contra los ataques oxidativos y los radicales libres: el hígado puede así desempeñar plenamente su papel de "purificador" del organismo.
- Propiedades antibacterianas
Los poliacetilenos son conocidos por sus propiedades antifúngicas y antimicrobianas. El ácido cafeico y el ácido clorogénico han demostrado in vitro fuertes capacidades antivirales (herpes: VHS-1, VHS-2 y adenovirus: ADV-3, ADV-11). La arctigenina mostró actividades antivirales tanto in vivo como in vitro.
Dosificación
Planta seca en polvo (cápsulas): 350 mg al día, repartidos en 3 a 5 dosis.
Infusión: de 2 a 6 g 3 veces al día.
Tintura madre: 8 a 12 ml, 3 veces al día.
Contraindicaciones, peligros y efectos secundarios
La bardana no ha mostrado ninguna toxicidad en las distintas pruebas, aunque se han registrado algunos casos de alergia.
No utilizar en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
Pida consejo a su médico si está tomando un diurético o un fármaco hipoglucemiante (riesgo de efecto aditivo).
Asociaciones sugeridas
Depurativo hepatobiliar: Alcachofa, Cardo mariano, Fumaria
Depurativo renal: Zarzaparrilla, Abedul
Desintoxicación: Pensamiento salvajes, Fumaria
Cuidado de la piel y el cabello: Levadura de cerveza
Trastornos de la piel : Diente de león
Acné, eczema, psoriasis: Ortiga
Problemas cutáneos: Pensamiento salvaje
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