Regaliz

El regaliz es originario del sureste de Europa, de Asia occidental y de la región mediterránea, que prefiere por su calor y su exposición al sol. Aproximadamente 30 especies de Glycyrrhiza están distribuidas por todo el mundo, siendo la más conocida y utilizada en el comercio la Glycyrrhiza glabra.

Su nombre «Glycyrrhiza» proviene del griego «rhiza» y «glucus», que significa «raíz dulce». Las raíces de regaliz se utilizan desde hace milenios por sus propiedades aromáticas, medicinales y dulces.

Desde el año 2800 a.C., el regaliz se utiliza como remedio en la medicina tradicional china para fortalecer la energía vital. También se consumía entre los griegos y romanos para aliviar el asma. Teofrasto, gran filósofo del siglo III a.C., ya la recomendaba en caso de úlcera.

En la Edad Media, formaba parte del jardín de la célebre abadesa Hildegarda de Bingen como planta para las inflamaciones ORL y bronco-pulmonares. Las propiedades antitusivas y antiinflamatorias de la planta tampoco pasaron desapercibidas para Molière, quien la aconsejaba a los actores de su troupe para tratar la tos y los dolores de garganta.

Es una planta adaptada al clima oceánico que aprecia un suelo drenante, arenoso, ligeramente ácido a básico. Le gusta una exposición soleada, manteniendo cierto frescor en sus raíces. Resiste bien al frío, hasta -15 grados, y requiere poco mantenimiento una vez establecida.

En Francia, se encuentra en estado salvaje en los departamentos ribereños del Mediterráneo. Generalmente crece en los bordes de fosos y ríos. Se cultiva el regaliz por sus raíces leñosas que pueden alcanzar varios metros.